El acto se inició con un discurso del general Mitre, quien subió al palco con su cabeza cubierta con el clásico chambergo. Entonces el público gritó: "¡Los sombreros!", para que la multitud se descubriera en señal de respeto al orador, pero éste arrojó lejos su chambergo y exclamó: "Todos cubiertos menos el orador que se dirige al pueblo soberano, ausente en los comicios pero presente aquí"
(Jose C. Ibañez. Historia Argentina pág. 468)